Lionel Messi ya había pasado por un momento similar en el Mundial de Brasil, cuando dejó con la mano estirada a un niño que lo quería saludar.
Ahora ignoró a un anciano que les estaba pidiendo un autógrafo en el aeropuerto de Madrid, cuando el Barcelona llegó a esa ciudad para enfrentar al Atlético de Madrid por la Liga Española.
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